Bajo la tormenta.

Desde mi ventana veo como la lluvia cae incesante entre truenos y relámpagos.El cielo se pinta de gris,un gris negrino que no me deja ver mas allá de mi pequeño jardín.Tan solo se escucha el rugir de los truenos y el cielo se enciende con la luz de los relámpagos,cuando de pronto alguien irrumpe mi momento de paz.
Unos fuertes golpes en mi puerta me hacen apartar la mirada de la ventana,¿quien será el loco o loca capaz de salir a la calle con este temporal?-Los golpes se hacen mas fuertes,salgo de mi asombro y camino hacía la puerta,¿quien es?-al otro lado de la puerta se escucha una voz masculina que no reconozco-Por favor déjeme entrar,la lluvia es muy intensa y estoy calado hasta los huesos y estoy perdido.Me llamo Carl y le prometo que no le haré daño,tan solo quiero resguardarme de la tormenta.
Con precaución entreabro la puerta y al otro lado se encuentra un joven de unos 25 años, mas o menos de mi edad,empapado por la lluvia y los ojos cubiertos de lágrimas.Le abro la puerta y le dejo entrar a mi pequeña casa de campo.
-Muchas gracias por dejarme entrar,hace dos días que viajo a pie a través de las praderas y montañas en busca de un trabajo,pero a causa de la lluvia no he podido encontrarlo.Me duelen los pies,las manos y el frío me entumece los huesos.Por favor déjeme acercarme a su chimenea y sentir un poco de calor.
Hola Carl,bienvenido a mi humilde hogar,mi nombre es Martha,encantanda.Espera aquí,te voy a traer ropa seca.Puedes pasar al baño y cambiarte,te prepararé una sopa caliente para que tus huesos entren en calor.
 Entra al baño pero no cierra la puerta del todo,mientras voy hacía la cocina observo su desnudo cuerpo a través de la pequeña rendija,no conozco de nada a Carl,pero a hecho despertar en mi esa sensación de calor que hace tanto tiempo que creía desaparecida.
Preparo una sopa para dos,unas patatas asadas y algo de carne.Carl sale del baño ya con ropa seca,tiene unos ojos verdes penetrantes,unos sensuales labios que invitan a pecar y una sonrisa que derretiría los icebergs mas helados del mundo.
-Gracias por prestarme ropa seca,en cuanto la mía se seque te la devolveré y emprenderé mi viaje,gracias por tu generosidad ,espero no ser una molestia para ti.
-No hace falta que me devuelvas la ropa,te la puedes quedar,perteneció a mi hermano y él ya no vive aquí.Por favor sírvete cuanto quieras,para beber tengo agua y algo de vino,sírvete tú mismo.
Mientras comemos Carle me cuenta que viaja desde su ciudad natal en busca de un trabajo,sea cual sea y donde sea.Perdió su finca en una apuesta que su borracho padre hizo y ahora debe empezar una nueva vida y prefiere hacerlo lejos de su padre para que no le vuelva a dejar en la ruina.
Mientras cuenta su historia,de sus ojos caen sendas lágrimas de dolor,su madre murió siendo el muy niño y su padre desde entonces descuidó sus campos,se dedicó a beber y le sumió en la mas misera pobreza.
Me gustaría abrazarle,secarle las lágrimas y no dejarle marchar jamás,pero soy demasiado pudorosa como para hacer eso con un extraño y me bebo las ganas con un sorbo de vino.
 Carl deja de comer y me mira fijamente a los ojos,sonríe,se acerca a mi y me besa apasionadamente.No puedo creer que él lo haya hecho,le miro incrédula y el me vuelve a sonreír,pero esta vez soy yo la que deja la vergüenza a un lado y me lanzo hacía sus labios en busca de su néctar.
Me alza en brazos y me sienta sobre la mesa,sus labios recorren mi cuello haciendo que mis bellos se pongan de punta,lentamente desabrocha mi vestido y lo deja caer al frío suelo de mármol.Quedó desnuda delante de él,su mirada de deseo se clava en mi piel,sus manos hábiles recorren mi cuerpo haciéndome gemir de placer.Acaricia mis pechos y con sus dedos descubre mi interior y entre relámpagos y truenos me hace el amor.
  A la mañana siguiente despierto y él todavía está a mi lado,me abrazo a su cuerpo para sentir su calor,me rodea con su brazos creando una deliciosa tentación,le susurro al oído:quédate para siempre,amor.
Y de nuevo entre relámpagos y truenos hacemos uno de dos...